miércoles, 16 de agosto de 2017

Escenas Míticas: Stephen King - El resplandor





   Sin duda, esta película es una de las mejores que se hayan inspirado en una novela del mago del terror Stephen King, si no la mejor. Sin embargo, para nada es la mejor adaptación. Personalmente, es mi película de terror favorita, la considero una obra maestra indiscutible, no solo de género, sino del cine, y figura en mi Top 10 particular.




   Pero como decía, como adaptación está bastante alejada de ser acertada, lo cual fue de forma intencionada por parte de Stanley Kubrick, quien usó la novela como punto de inicio, conservó el argumento original, pero tenía planeado un enfoque bastante más profundo y, sobre todo, complejo, a la hora de desarrollar la historia.



   Tanto fue así, que el propio Stephen King montó en cólera y renegó de la película, considerándola un “ejercicio de canibalismo” de su libro. Razón tampoco le faltaba, King llegó a encargar otra adaptación, esta vez en forma de miniserie, en 1997, a cargo de Mick Garris que ya había adaptado varios libros del escritor, con Steven Weber y Rebecca De Mornay en los papeles principales, que efectivamente, es muchísimo más fiel al texto original pero que dista en un abismo a la película de Kubrick, por mucho que le pese a Stephen.



   El cambio más importante que introdujo Kubrick fue el origen de los hechos. La novela se centraba en el poder paranormal del hotel, como sucedáneo de casa encantada que ejercía un poder manipulador sobre el protagonista similar a la película “Terror en Amityville” (sin que tenga relación). Por tanto, es una historia puramente de fantasmas, típicamente de terror, sin renunciar a los elementos psicológicos.



   Kubrick mantuvo el argumento, pero como trasfondo. Su tratamiento si es primordialmente psicológico, de tal manera que refleja el origen de los cambios de personalidad de Jack Torrance (Nicholson), en el efecto producido por el aislamiento, la sensación opresiva de soledad y en los fantasmas si, pero los personales y de su propio pasado.



   Argumentalmente también hubo cambios importantes. En la novela, Hollorann (Scatman Crothers) llegaba al hotel y salvaba a la mujer y al hijo de Torrance. Sin embargo, en la película muere nada más llegar. Lo cual siempre me ha parecido una conclusión mal resuelta en el film. Se eliminaron los setos en forma de animales, éstos por limitaciones técnicas. Y si incluyó un laberinto que en el libro ni existe y que termina en él y no como lo narrado por King que era explotando la caldera del hotel.

   

   La elección del reparto fue curiosa. Jack Nicholson fue descartado por haber protagonizado “Alguien voló sobre el nido del cuco” y tener una imagen de por si desequilibrada. Tras sopesar nombres como Robert de Niro, Martin Sheen, Harrison Ford, Jon Voight, incluso, Robin Williams, pero Kubrick impuso que el papel de Torrance fuera para Nicholson recalcando que era una decisión innegociable. Para el de Wendy, inicialmente se pensó en Jessica Lange, pero finalmente se eligió a Shelley Duvall por su aspecto más vulnerable.



   En general, las críticas fueron favorables y con el tiempo se la considera una obra maestra indiscutible y de culto. Costó 19 millones y obtuvo 44 en taquilla, lo que tampoco fue un éxito aplastante a pesar de doblar los ingresos a los costes. Existen dos versiones, la internacional, la que conocemos mayoritariamente, de 114 minutos. Y una extendida, de 144 minutos.



   Recomiendo la visión del documental “Habitación 217” que cuenta con multitud de interpretaciones, guiños, dobles sentidos y análisis de escenas de la compleja manera de dirigir la película por parte de Stanley Kubrick. Y también acercarse al final alternativo del film que tras deshacerse, el director ordenó destruir.

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